Le dí un puntete la pelota plástica y llegó justo a la cara de la Señora Matilde quien furiosa me fue a acusar con mi mamá. Mi mamá me agarró del hombro y me entró a la casa. Fue al refrigerador y me trajo una fruta, me dijo que bueno que tienes mala puntería. Ella y la señora Matilde se llevaban muy mal porque mi papá le había echado el ojo a esa vieja coqueta. Cuando estaba otro día jugando a la pelota de nuevo , está vez de fútbol, apunté bien a la vieja que otra vez mostraba su cara fea. Falle, le llegó el pelotazo a la guata y parece que allí no duele tanto .
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